Un artículo que se extinguió de otras webs, así que lo pego acá:

lunes, 16 de junio de 2008
La nostalgia de una fruta
Por William Efraín Abella Herrera
Miembro Corporación Caucana de Periodistas CCP

Está presente en la memoria de los mayores y en el desconocimiento de las nuevas generaciones; su sabor y aroma sólo genera la nostalgia de los abuelos. Se encontraba en los patios de las casonas del centro de Popayán, como en las fincas cercanas a la ciudad. Es el Michinche. Conocido científicamente con el nombre Campomanesia lineatifolia, hoy se halla casi extinto en la zona.

De la familia de las Mirtáceas, su origen es la amazonía que comparten Brasil, Perú, Bolivia y Colombia. No obstante su procedencia, se encuentra en el pacífico colombiano hasta Panamá y los valles interandinos cálidos y templados de Boyacá, Cundinamarca, los Santanderes, Valle y Cauca. Esta amplia distribución presupone una gran variedad genética de la especie y una confirmada riqueza cultural entorno a esta fruta, de ahí que reciba tantos nombres, algunos de ellos: Champa, Chamba, Guayabo Anselmo, Guayaba de leche, Guayaba de mono, Michinche y Palillo.

El fruto del Michinche es una “guayaba” verde achatada que al madurar se torna amarilla. Su pulpa es de un blanco crema; de agradable aroma y sabor con presencia de semillas amargas al paladar. Se puede consumir directamente o utilizarla en la elaboración de dulces, mermeladas, jaleas y helados, postres, jugos, pulpa, cremas, tortas, vino, sabajón y yogur. La madera de este árbol, considerada por los campesinos como “fina”, se usa como mango de herramientas, poste y leña. El ganado no consume sus hojas, lo que lo potencia como cerco vivo. La sabiduría popular reconoce propiedades medicinales en el árbol: la raspadura de la madera en agua se toma contra la hemoptisis (sangrado al toser), síntoma asociado en la mayoría de los casos con la tuberculosis pulmonar. También se extrae tintes de las semillas del Michinche; frutal que no supera los 12 metros de altura y 25 cm. el diámetro del tronco.

La gran demanda que hay en el mundo de colores, sabores y perfumes naturales y exóticos con aplicación en la industria, ha llevado a un grupo de investigación de la Universidad Nacional a estudiar la composición química de los frutos del Michinche, como de los componentes que constituyen su aroma. El proyecto presenta resultados en tesis finalizadas de fitoquímica de los frutos; en economía con un estudio sobre la prefactibilidad comercial de la pulpa procesada. Actualmente trabajan en dos nuevos proyectos en búsqueda de principios activos de uso medicinal, y en el montaje de una planta de procesamiento de la pulpa.

No obstante crecer en forma silvestre, su cultivo y consumo fue practicado por algunas culturas precolombinas. Hoy como fruto promisorio se debe estimular su cultivo no sólo por motivos conservacionistas sino también comerciales. Las semillas tienen viabilidad corta, por eso una vez extraídas del fruto se lavan; bajo sombra se airean y siembran en almácigos de aserrín húmedo descompuesto. A las dos semanas germinan. Cuando las plántulas presentan un par de hojas se pasan a bolsas plásticas, con proporciones iguales de tierra negra, arena y materia orgánica. Al alcanzar un tamaño de 40 cm. de altura se trasplantan al sitio de cultivo a una distancia mínima entre árboles de 5 m., lo que posibilita el asocio con cultivos menores.

La primera cosecha se tiene al sexto año de ser sembrados, generalmente en los meses de marzo y abril. En algunas zonas, el Michinche es atacado por la mosca de la fruta que se alimenta de la pulpa y la deteriora; su control se realiza con trampas o con la recolección y entierro de los frutos dañados.

Cristina Garzón investigadora de la Universidad Nacional señala que “el desarrollo del cultivo de este frutal requiere investigación y recolección de germoplasma, adaptación en diferentes condiciones de suelos, propagación vegetativa, fertilización, manejo agroforestal y tecnología de conservación y procesamiento del fruto en el nivel de campo. El mejoramiento genético debe incidir en caracteres de productividad, calidad de pulpa, eliminación de amargor de las semillas y precocidad productiva”.

El Michinche junto a otros árboles frutales, presentes en la memoria de payaneses y caucanos, no pueden quedarse en el olvido sino estar en nuestro futuro inmediato como la herencia verde que legamos a las nuevas generaciones con valores agregados que estimulen su conservación.

Valor nutricional de 100 gr de la pulpa del Michinche
Fuente: Frutos y Hortalizas promisorias de la Amazonía
Secretaría Pro Tempore Tratado de Cooperación Amazónica

Componente Valor
Agua 82,8 g
Valor energético 64 cal
Proteínas 1,6 g
Lípidos 1,0 g
Carbohidratos 13,9 g
Fibra 0,8 g
Cenizas 0,7 g
Calcio 38 mg
Fósforo 29 mg
Hierro 3,2 mg
Vitamina B1 0,04 mg
Vitamina B2 0,04 mg
Niacina 0,05 mg
Vitamina C 33 mg

Texto publicado en el diario El Liberal y la revista Quinquina CRC
Publicado por William Efraín Abella Herrera en 08:37
Etiquetas: fruto, michinche, popayán

One thought on “Más sobre el palillo/chamba (campomanesia lineatifolia)”

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