De paseo por las rutas que circunvalan nuestra ciudad (ruta 188, cinrcunvalación, etc.), dimos con un vivero al que vagamente recordaba haber ido cuando pequeño. Recuerdo que fuimos con mi hermano y mi madre y nos trajimos un pequeño pinito, eso fue hace como 25 años atrás… ahora ese pino crece libremente en las planicies del Aeroclub Junín.

El recuerdo que tenía del Vivero El Paraíso era muy difuso, pero imaginaba un campo repleto de pinos y otros árboles. Fue sorprendente reencontrarme con el lugar, espléndido, un verdadero edén de plantas de todas las especies imaginables. El motivo de la visita fue averiguar por algún frutal para plantar en el jardín, al final trajimos un duraznero que dará frutos en diciembre, es de esos cuya fruta posee una carne blanca no tan pegada al carozo. Ya veremos cómo va, me conformaría con que sobreviviera. Un tema aparte es la poda, si podar o no podar, etc., y cómo podar, porque una vez que podás, tendrás que hacerlo durante toda su vida para que no se enferme o muera.

Es por eso que comencé a investigar sobre frutales nativos de Argentina y el resto de la región, encontrando cosas muy interesantes como pitanga, guayabo, butiá, etc. Esos frutales no necesitarían nada de poda o pesticidas quizá si fueran cultivados en la Pampa Húmeda (nuestro clima), y así podría seguir lo más fielmente el método Fukuoka, que tiene que ver con entender el ecosistema en el cual vivimos, economizar trabajo y recursos (no depender del petróleo, etc.).

En fin, de paso, ya que estábamos ahí llevamos semillas de algunas hortalizas para sembrar ya en otoño-invierno: achicoria, apio, cebolla de verdeo, rúcula, cebollino, achicoria y coliflor. La albahaca tendrá que esperar hasta la primavera (y vendrá muy bien para proteger un sinfín de plantas tal como lo hacen ahora con el tomate!), pero el resto ya comencé a sembrar en almácigo.

Por otro lado, quiero reportar que existe un éxito considerable en las semillas que tiré al voleo en el jardín del frente: un pequeño porcentaje germinó y ya está comenzando a pasar de ser una plántula a algo más reconocible, hay zinnias, arvejas (estas las enterré un poco en su momento), bellis, acelga y espinaca. Quizá haya otras especies que no recuerdo, pero eso es al menos lo que se ve creciendo allí en un lugar que posee sol del mediodía y de la tarde.

En cambio en el jardín del fondo creo que la siembra directa al voleo no tuvo mucho éxito, supongo que las hormigas se han comido la mayoría de las semillas, por lo cual considero más oportuno hacer, o Nando Dengo (bolitas de arcilla con semillas), o surcos, o cultivo biointensivo y/o almácigos como estoy haciendo.

Lo de las bolitas de arcilla de Fukuoka no me parece práctico para este lugar porque las dimensiones pequeñas no las justifican, al menos es lo que creo, ya veré si experimento o no con ellas, pero todo el resto del método Fukuoka me parece practicable en este lugar.

También comenzaron a crecer más notablemente los nabos que sembré en almácigo el 22 de mayo, es decir que se han tomado como 12 días en dejar ver sus primeras hojitas. Lo ideal sería sembrar nabos por todas partes para mejorar el suelo (de hecho lo hice así al voleo pero aún no veo los resultados, quizá es demasiado temprano).

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